Pues sí, ya se acabó el verano, la vida sigue y con más o menos síndromes post-vacacionales (¡¡¡si es que lo que no está inventado...!!!) la vuelta al curro... para quien lo tenga. El resto de los mortales nos tendremos que conformar con ver como las temperaturas intentan bajar de cuarenta grados y ya mismo con las bufandas y los gorros (al menos en aquellos sitios donde existe realmente el invierno). Pues bien y yo mientras me quito de encima la etiqueta de hombre desactualizado y a ver si actualizo un poquito el blog, que ya va siendo hora. Pues bien, ¿qué he hecho este mes aparte de estar encerrado en Alcolea-Tordesillas? Me fuí a Paris, que me encantó, me cansó y me desilusionó, bueno, no es que me desilusionara, es que la primera vez que fuí, me impresionó bastante más (lógico ¿no? por eso de ser la primera vez que fuí). Además, por si todavía no os habíais enterado (cosa que dudo bastante) tengo una sobrinita que está para comersela y además voy a ser su padrino, así que si ya se me caía la baba con ella, a partir de ahora no voy a tener saliva suficiente. Y ¿qué mas os cuento? Pues nada, que después de un maratón de tres días, ya tenemos el piso limpio y nos volvemos a Córdoba esta semana (seguramente después de la Fuensanta (el martes para los forasteros) ). Y pues eso, que ya me quedo sin fresco por las noches, sin perros con los que jugar y sin piscina en la que bañarme (auqnue tampoco es que la usara mucho últimamente), pero a ver si me pongo de una vez a hacer algo con mi vida, que ya iba tocando después de tres meses sin hacer nada desde que me volví de Alemania.
Sed felices y... cuando os vayáis de perol (barbacoa para los forasteros) recordad que desde que se enciende el fuego tiene que pasar un tiempo para que se hagan las ascuas, tenedlo en cuenta.
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