martes, 7 de septiembre de 2010

Wieder zurück

Hay quienes dicen que las historia es cíclica, es decir, que todo se repite a rasgos generales (algo así como el eterno retorno); que todos los imperios nacen nadie sabe muy bien cómo, se desarrollan absorbiendo a los imperios anteriores (y a las pequeños pueblos que tienen a su alredeor) y que llegan a un punto en el que sólo les queda el declive y ver como un imperio más jóven y mejor preparado les absorbe como ellos hicieron con sus predecesores.
También dicen que cuando la historia deje de ser cíclica y sea lineal (es decir cuando los esquemas dejen de repetirse), entonces será el final de la historia.
Pues bien, en más o menos doce horas vuelvo otra vez al punto de partida, a repetir el ciclo. Hace cinco años y un día (1828 días para ser exactos) llegaba asustado acojonado a una ciudad enorme con metro y con gente que hablaba muy raro (raro de cojones, de hecho). Mañana vuelvo, no a esa ciudad maravillosa que me descubrió que había un mundo enorme, genial y terrible más allá de la cuesta del Espino (y tambén más acá, pero eso lo descubrí luego); no vuelvo a la misma ciudad, pero sí al mismo país (y seguramente esta vez la gente hablará aún más raro). Vuelvo a Alemania, vuelvo a mi segundo hogar. Con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva.
La primera vez me fuí porque quise (y estaba acojonado); la segunda vez fue casi una huida hacia adelante (e iba contento); esta vez me obligan las circunstancias, aunque no me obliga nadie (y voy tranquilo, sin espectativas, quizá así consiga encontrar algo que nunca he encontrado y que todavía no sé muy bien qué es).

Allí os espero con los brazos abiertos

1 comentario:

. dijo...

La falta de expectativas es el mejor equipaje ;)

Muchas suerte!!!