lunes, 20 de diciembre de 2010

Nürnberg

Pues aquí estoy, soportando como puedo (sin dormir mucho) los últimos días antes de volver. Y ¿cómo lo hago? pues como mejor se me da, yéndome de excursión, visitando Mercados de Navidad y viendo a amigos que veo sólo de higos a brevas.

Pues sí, ayer estuvimos en Núremberg, en el mercado de Navidad y allí que fuimos Paula, María y Sonia (con dos amigos suyos de Barcelona) desde Baden Württemberg y ¡¡Laura y Antonien desde Jena!! ¡Qué alegría volver a vernos! (y este viernes otra vez alrededor de una botella de anís preparando la Nochebuena). El Mercado estuvo genial (aparte de por el frío), pero lo mejor, el momento "Glühwein cordobés"... porque, señoras, señores, señoritas y demás lectores intergalácticos, atención: Córdoba tiene caseta propia en el mercado de Navidad más importante de Alemania (que es algo así como decir el mercado de Navidad más importante del mundo). Por cierto, el Glühwein cordobés es Glühwein del normal de toda la vida, pero con un chorrito de anís.

Y en otro orden de cosas, una de mis clases ha hecho hoy el segundo examen del año y mañana lo hace otra; así que me puedo ir olvidando de eso de rascarme la barriga y tirarme hasta las mil en la cama durante las vacaciones, que a la vuelta otras dos clases hacen exámenes y diez días después son las evaluaciones.

Y ¿qué más, qué más? Pues, nada, que de todas las veces que he estado fuera (que han sido unas cuantas) ésta es la que más ganas tengo de disfrazarme de turrón el Almendro y volver a casa por Navidad. Y ya me quedan sólo tres días (si una conjunción planetaria no impide que los aviones y los trenes funcionen como Dios manda) para olvidarme durante un par de semanas de la bufanda más grande que yo, de los guantes que no me caben en los bolsillos, de levantarme a las seis de la madrugada, de tener que ir andando como un pato mareado por culpa de la nieve, y de todas esas cosas que "adoro" de este país.

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