lunes, 21 de marzo de 2011

Múnich

NOTA: El segundo párrafo es un poquito macabro, puedes saltártelo.

¿Os acordáis la última entrada que escribí? (sí, está que está un poco más abajo). No es Alemania lo que hace que eche tanto de menos a mi familia, es vivir en un agujero infesto en mitad de la nada (lo que me recuerda, ya he empezado a mudarme, a mi nuevo nidito le llamaremos a partir de ahora Risquezschloss). En fin, que este finde he estado en Múnich y me ha encantado (y mira que era un poco reacio, será por el pique que tienen con Berlín), creo que podría acostumbrarme a vivir allí.

El viernes el plan era coger un regional hasta Núremberg, y allí un ICE (equivalente alemán al AVE) a Múnich. Pero claro, yo no contaba con el deporte nacional de los alemanes: tirarse a al vía un viernes por la tarde, porque ya se podían ahorcar en la ducha, pero ellos son muy suyos hasta para suicidarse, y oye ¿qué mejor manera de matarte que tirándote a la vía del tren? Lo mismo es porque como el ferrocarril es algo así como la espina dorsal del país, acabar con (cachitos de) tu cuerpo decorando los raíles es algo así como un último homenaje para formar parte de Alemania por los siglos de los siglos.

Bueno, el caso es que mi tren se retrasó, perdí la conexión y acabé llegando a Múnich bastante tarde. Menos mal que ya estaban allí Paula y Laura esperándome y pudimos inaugurar el bar del albergue (aunque ya había allí unos cuantos teutones que lo llevaban inaugurando desde hacía bastante rato). Al poco llegó la gente de Córdoba, así que tuvimos que acabarnos las birras del tirón (cuando te bebes un quinto eso es fácil, cuando te bebes una pinta no lo es tanto) e ir a recogerles. Después de que se registraran y arreglaran unos problemillas algunos nos fuimos a conocer la noche muniquesa... pero claro, eran casi las dos de la madrugada, y hasta en Múnich estaban cerrándolo todo. Al final acabamos en un bar tomándonos unas pintas así en plan rápido porque al rato de llegar ya iban a cerrar. Esa noche hubo quien aumentó su ajuar con dos vasos de cerveza (esta vez me he portado como un niño bueno, y no traigo ningún vaso ni jarra... cómo se nota que me mudo esta semana y de repente me sobran todas mis escasas posesiones).

Al día siguiente, la mayoría se fueron a Nueschwanstein, pero eso suponía que los que nos íbamos el domingo no íbamos a ver nada de la ciudad, así que Paula y yo nos quedamos en Múnich y estuvimos pateándolo todo, y descubriendo pequeños rincones como Isartorplatz y el museo friki que hay dentro. O lo increíble que es la Marienplantz de noche. O cuantísimo echamos de menos (al menos yo) vivir en una ciudad en la que hay gente, en la que hay quienes no se encierran en sus casas después de las ocho de la tarde. Por cierto, alguien que tiene un blog acabó comprando unos Lederhosen :-)
En esto que estábamos cuando nos llamó Aitor (que estaba en Múnich) para que nos tomásemos algo, así que igual que el juez Klaus acudía montado en su zorro a la llamada del gnomos, allí acudimos nosotros en el coche de San Fernando a la llamada de la birra. Esa noche conocimos a un par de personajes y una planta bastante interesantes, mientras íbamos para arriba y para abajo cenando y conociendo un poco más el Múnich nocturno.

Al día siguiente hicimos el Tour gratis de Múnich (inciso: no me llevo comisión ni nada, pero si vais a una ciudad en la que haya os los recomiendo y mucho) y otra vez, a pesar del palizón de andar, nos lo pasamos genial y nos contaron un montón de casas de Múnich (y hubo quien siguió aumentando su ajuar cervezil). Después del tour, nos fuimos a que nos cebaran por poco dinero y a correr para coger el tren. Tren que, como ya os podéis imaginar, llegó tarde a Núremberg y perdimos al conexión para venir a casita. Lo bueno es que, como fue culpa de la DB (Renfe alemana) que perdiéramos el regional para ir a casa, nos montamos sin pagar más en el siguiente Talgo. Así que a las nueve ya estaba en casita. Y ¿por qué no escribí entonces esta entrada ayer? Pues porque cuando llegué todavía tenía que preparar un examen y una clase para hoy... a las dos de la madrugada todavía estaba en planta. Y os voy dejando porque hoy voy por el mismo camino.

Otra cosa: en mi mente antes de este fin de semana, Múnich era una ciudad pija, una ciudad muy cara y una ciudad extremadamente conservadora. He descubierto que es todo lo contrario, así que ¿alguien se apunta a volver?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Los bares alemanes no ganan para jarras y vasos, desde luego, porque toda Europa hace sus ajuares a su costa.

Y por descripciones macabras pasa una, pero poner al juez Klaus cabalgando en el zorro de David en vez de dejarlo volando en el cisne where he belongs... ¡por ahí sí que no paso, hermoso! xD

afra dijo...

EPIC FAILURE!!!!

"hacer justicia, para mí es un arte,
y con mi cisne vuelo a cualquier parte"

XD

Anónimo dijo...

Esto es como dedicar una entrada a Carlos Alfredo... y que te digan en los comentarios que se llamaba Luis Alfredo xD.