sábado, 2 de marzo de 2013

Beim Griechen

Este finde he ido al cine, he celebrado un cumpleaños y me he terminado un libro (que me empecé en Sitges) en ese orden. De la película hablaré mañana, en el cumpleaños me lo he pasado muy bien, pero no da para una entrada, y el libro ha acabado superando las expectativas que tenía.

El 31 de enero me quedaba poco para acabarme "Der Genitiv ist den Streber sein Sex" y veía que no tenía ningún libro en alemán, además estaba en Celle (donde he celebrado el cumpleaños este finde) y de casualidad entramos en una librería (bueno, de casualidad no, entramos porque librería que veo, librería en la que tengo que entrar) y descubrí un libro con mis palabras favoritas en alemán "Mängelexemplar", eso quiere decir que de 8,95 € que cuesta el libro, a mí me costó 3,50 €. Abrí el libro, vi que trataba de un emigrante griego de los años 60 que terminó montando un restaurante, que estaba formado por historias cortas de unas 30 páginas (que al final resultaron ser capítulos, no historias cortas independientes) y de algún modo decidí que tenía que ser de humor, justo como el libro que me estaba terminando. Pocas veces me he alegrado tanto de haberme equivocado. Por cierto, el libro se llama Beim griechen (En el griego), de la editorial Fischer y el autor es Alexandros Stefanidis.

El libro cuenta la historia del padre del autor, un griego que llegó a Alemania como Gastarbeiter, pero que al contrario que muchos otros Gastarbeiter, se preocupó de aprender el idioma desde el principio y por avatares del destino terminó abriendo un restaurante, que estuvo abierto hasta que el hombre cumplió setenta años. Me dí cuenta de que no era un libro de humor en el segundo capítulo, cuando cuenta cómo vivía el hombre con un italiano, un turco y un español en la casa de un ex-combatiente alemán de la segunda guerra mundial.

No sé decir exactamente qué es lo que tiene el libro pero tiene partes que me han emocionado muchísimo, otras con las que me he reído imaginándome las situaciones vividas en el restaurante, me he visto reflejado perfectamente como cualquier persona del sur de Europa viviendo (no siempre conviviendo) en Alemania con alemanes.

También habla de la Alemania de los años sesenta, de cómo los alemanes (unos más que otros) entraron en conflicto consigo mismos cuando se dieron cuenta de lo que hicieron en la guerra, de cómo algunos ni siquiera podían volver la vista atrás de lo avergonzados que estaban.

También habla de parejas que llevan toda una vida juntos y en las que no siempre es todo de color de rosa.
Seit der Morgen mit den Auberginen kennzichnete die Ehe meiner Eltern eine kühle Art der Kommunikation, die - wie ich später gelernt habe - viele Paare praktizieren, die bereits sehr lange zusammen sid. Sie fragen und antworten nicht mehr in der zweiten Person singular, sondern in Hauptsätzen mit schwach konjugierten Verben. Beispiele: "Der Müll muss geleert werden" statt "Leerst du bitte den Müll?" oder: "Jemand muss noch die Gürken schalen" statt "Schälst du sie Gürken?". Es sind diese kleinen vermeintlich, unwichtigen alltäglichen Dinge, die sich mit den Jahren in eine Beziehung einschleichen. Der zärtliche Kuss vor dem Einschlafen, der irgendwann ausfällt. Das Lächeln am Frühstücktisch, das sich irgendwann hinter einer Zeitung verbirgt. (...)Kleine Dingen eben. Anfangs vielleicht noch unbemerkt, unbewusst, entschwinden diese Dinge aus dem Alltag, und der Alltag wird irgendwann zur Routine. Wie die Beziehung selbst.
Por supuesto, el conflicto ¿soy alemán o soy griego? está presente a lo largo de todo el libro y en algunos no me he sentido identificado en absoluto con el autor, pero sí con su padre, y si alguna vez tengo hijos en este país sé que ese conflicto lo llevarán ellos. Habla de cosas universales, como eso que a veces escondemos y que no podemos/queremos/nos atrevemos a compartir con nadie, esas partes de nosotros mismos que no nos gustan o con las que nos cuesta o nos ha costado en algún momento de nuestra vida reconciliarnos.
In Jorgo schlummerte seit Jahren ein Gefühl, das er weder mit mir noch mit Ari, geschweige denn mit meinen Eltern besprechen wollte. Er hatte jahrelang gegen dieses Gefühl angekämpft. Er hatte sich jahrelang vor diesem Gefühl gefürchtet. Manchmal hat er sich dafür auch geschämt. Aber er hat es nie offen angesprochen.
En definitiva, el libro me ha gustado muchísmo, pero no creo que esté traducido al español, sin embargo para aquellos que habléis alemán, os lo recomiendo.

Si queréis echarle un vistazo, podéis leer el primer capítulo en la página de la editorial: http://www.fischerverlage.de/media/fs/308/LP_978-3-596-18758-4.pdf

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